no La inevitabilidad de la muerte en Hamlet | Rodrigo Eker

La inevitabilidad de la muerte en Hamlet

Hamlet+William+Shakespeare

       Hamlet de William Shakespeare es quizás la obra cumbre del autor. Escrita por primera vez alrededor del año 1600, esta épica representación de la historia del príncipe Hamlet de Dinamarca fue sumamente influyente en el desarrollo de la literatura occidental. Si bien su trama es muy compleja, un tema central que la atraviesa es el de la muerte. Hamlet está plagada de iconografía macabra y de meditaciones sobre la muerte. Y es, a través de dichos elementos, que el libro adquiere su verdadera profundidad.

¿De qué trata Hamlet?

       La obra está protagonizada por el joven Hamlet, hijo de un rey fallecido y sobrino de Claudio, el hermano sucesor del trono de Dinamarca. Este hombre adquirió la corona casándose de manera apresurada con la viuda del rey, y demostró ser un tirano sediento de guerra. En una caminata por un cementerio local, al joven príncipe se le aparece el fantasma de su padre, quien le advierte que, en realidad, fue asesinado por Claudio para quedarse con el trono. Es entonces que le encomienda a su hijo matar al tío para recuperar la corona usurpada. Y allí comienza el gran dilema para el príncipe, quien deberá luchar frente a frente con su propio destino inevitable.

La muerte como tema central de Hamlet

      Si bien todas las tragedias shakespeareanas involucran el fallecimiento o la ruina de alguno de sus personajes, Hamlet destaca por su obsesión romántica con la muerte. Desde el comienzo de la obra, el príncipe demuestra una fascinación casi juvenil con la misma. A medida que transcurre la acción, Hamlet analiza a la muerte desde distintas perspectivas y se enfrenta tanto a las consecuencias espirituales de ésta como a sus recordatorios físicos. Dado que la muerte es la causa y la consecuencia de la venganza que el príncipe tiene como misión concretar, ésta aparece relacionada con los conceptos del Destino y de la Justicia. 

Otras variaciones del tema

      Hamlet explora, con crueldad y poesía, el significado de la vida, el valor del amor y los horrores de la tiranía. El uso de elementos sobrenaturales como la aparición de fantasmas (por ejemplo, el padre del muchacho) le otorgan una atmósfera muy distinta al resto de las obras del autor. La idea del misticismo está siempre presente y difumina la línea divisoria entre lo terrenal y lo celestial hasta tal punto que el protagonista termina dudando sobre qué es real y qué no.
      El mayor obstáculo del joven príncipe es su constante indecisión. Ésta lo lleva a postergar su deber hasta el último momento, mientras reflexiona sobre las implicaciones de su destino y la incertidumbre sobre el resto de su vida. Justamente, la posibilidad de convertirse en el asesino de su tío la vive más como una imposición que como una voluntad propia. 
       Su icónico monólogo ("ser o no ser") busca anclar el tema central de la obra. En él, el muchacho se aferra a la posibilidad del suicidio como alternativa a su dilema. Shakespeare nos plantea allí si existe una dimensión moral en la idea de morir o si es una inevitabilidad insoportable. El cráneo de Yorick, que se ha vuelto sinónimo de esta obra de teatro, es un símbolo que ilustra la inevitabilidad de la muerte y la descomposición final del cuerpo humano, destino al que todos deberemos hacer frente algún día.

Hamlet+William+Shakespeare

      El suicidio de Ofelia es otra instancia donde la muerte se explora como una tragedia inevitable. La joven, novia del príncipe Hamlet, se quita la vida en un río luego de que su amado la maltrata durante un período prolongado de tiempo. Sin embargo, ella no parece escoger el suicidio, sino que se deja llevar por él como por las olas del océano: no acepta su destino, pero tampoco se resiste a él. Su completa pasividad y sumisión ante el final de la vida refuerza la idea central de que la muerte es inevitable para todo ser humano.

Un monólogo que humaniza

      El príncipe sufre debido a su imposibilidad de escoger una resolución satisfactoria. No está seguro de qué consecuencias traerá su muerte y le teme a la condena eterna del suicidio. Especula con que la experiencia de morir puede ser peor que la vida misma. Define a la muerte como “Ese país desconocido del cual ningún viajero regresa”. Y reconoce que, ya que todos experimentaremos la muerte en algún punto, el suicidio no significa nada más que un pasaje de ida. Tal es el estado mental y emocional en que lo sumerge la misión encomendada por su padre.
      El famoso monólogo de Hamlet dice:
“Ser o no ser, esa es la cuestión:
Si es más noble para el alma soportar
las flechas y pedradas de la áspera Fortuna
o armarse contra un mar de adversidades
y darles fin en el encuentro. Morir: dormir,
nada más. Y si durmiendo terminaran
las angustias y los mil ataques naturales
herencia de la carne, sería una conclusión
seriamente deseable. Morir, dormir:
dormir, tal vez soñar. Sí, ese es el estorbo;
pues qué podríamos soñar en nuestro sueño eterno,
ya libres del agobio terrenal,
es una consideración que frena el juicio
y da tan larga vida a la desgracia. Pues, ¿quién
soportaría los azotes e injurias de este mundo,
el desmán del tirano, la afrenta del soberbio,
las penas del amor menospreciado,
la tardanza de la ley, la arrogancia del cargo,
los insultos que sufre la paciencia,
pudiendo cerrar cuentas uno mismo
con un simple puñal? ¿Quién lleva esas cargas,
gimiendo y sudando bajo el peso de esta vida,
si no es porque el temor al más allá,
la tierra inexplorada de cuyas fronteras
ningún viajero vuelve, detiene los sentidos
y nos hace soportar los males que tenemos
antes que huir hacia otros que ignoramos?
La conciencia nos vuelve unos cobardes,
el color natural de nuestro ánimo
se mustia con el pálido matiz del pensamiento,
y empresas de gran peso y entidad
por tal motivo se desvían de su curso
y ya no son acción.”

¿Es Hamlet la mejor obra de William Shakespeare?

      Hamlet es una de las obras de teatro más importantes del autor y, junto a Rey Lear, una de mis favoritas de su producción. Si no has leído nada de Shakespeare, te recomiendo arrancar por acá, ya que es una de sus piezas más maduras pero también de las más accesibles. 
      En palabras de su traductor al español, Ángel Luis Pujante: “Se ha observado que, desde siempre, los lectores de Hamlet se han visto reflejados en el príncipe: en él y en su mundo han reconocido una mente penetrante y una sensación de vida que no parecen tener límites precisos. Por más que intentemos rehuir el tópico, al final se impone la evidencia: en tanto que expresión artística del hombre moderno, complejo y escéptico, ilusionado y desilusionado con los ideales humanísticos, Hamlet no es sólo gran literatura, sino uno de los grandes mitos de Occidente.”
      ¿La has leído? ¿La disfrutaste? ¿Qué otros temas centrales te interesa destacar de esta maravillosa obra de teatro? Contame en los comentarios :) 

Hamlet+William+Shakespeare

  • SOBRE EL AUTOR
      Mi nombre es Rodrigo. Soy un escritor independiente Argentino, apasionado por contar historias y compartir reflexiones. Si bien mi campo predilecto es la ficción, en este blog les hablo sobre todo lo que pasa por mi cabeza: mi vida, mis experiencias, mis visiones del mundo y mi proceso creativo. Escribo desde chico ficción contemporánea y ficción gótica. He publicado relatos cortos y novelas que están disponibles para lectores de todas partes del mundo. A través de este blog, espero ayudarte a encontrar tu próximo libro favorito.

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